Hermanos y hermanas, la desobediencia es un pecado grave que ofende profundamente al corazón de Dios. Como dice Deuteronomio 28:15: "Pero si no obedeces a Jehová tu Dios, si no guardares y cumplieres todas sus ordenanzas y sus estatutos que yo te mando hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán." La obediencia es la demostración de nuestro amor y sumisión a Él. No es suficiente conocer Su palabra, debemos vivirla a diario.