Mateo 5:9 nos dice: "Bienaventurados los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios". La palabra "pacificadores" no implica simplemente la ausencia de conflicto, sino un esfuerzo activo y propositivo por la reconciliación y la armonía. No es pasividad, sino una búsqueda diligente de la paz, tanto en nuestras relaciones personales como en el mundo que nos rodea. Es reflejar el carácter de Cristo, quien es nuestro Príncipe de Paz (Isaías 9:6).