Atender con Diligencia la Palabra Oída
La Urgencia de la Obediencia
Hermanos y hermanas, la escritura nos exhorta a atender con diligencia lo que hemos oído. No se trata de una sugerencia amable, sino de un llamado urgente a la acción. Nuestra salvación, nuestro crecimiento espiritual, nuestra misma vida en Cristo dependen de nuestra respuesta a la Palabra de Dios.
El Peligro de la Negligencia
La negligencia espiritual es un camino peligroso. Es fácil dejar que las ocupaciones del mundo ahoguen la semilla de la verdad plantada en nuestros corazones. Debemos protegernos de la distracción y la pereza espiritual, cultivando en cambio la disciplina de la escucha atenta y la obediencia fiel.
La Bendición de la Obediencia
Cuando atendemos diligentemente la palabra de Dios, experimentamos su poder transformador en nuestras vidas. Recibimos sabiduría, fortaleza y consuelo. Nuestra fe crece, nuestro amor se profundiza, y nuestro testimonio se fortalece para el mundo.
Cómo Atender Diligentemente
La diligencia no es pasividad. Implica un compromiso activo con el estudio de la Escritura, la oración ferviente, y la aplicación práctica de los principios bíblicos a nuestras vidas. Debemos buscar la guía del Espíritu Santo para comprender y obedecer la voluntad de Dios.
En conclusión, hermanos, no permitamos que la Palabra de Dios caiga en tierra infértil. Cultivemos nuestros corazones con oración y estudio, escuchemos atentamente, y respondamos con obediencia. Así, experimentaremos la plenitud de la bendición que Dios tiene reservada para aquellos que le buscan con corazón sincero y dispuesto.
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