Incluso en momentos de oscuridad y dificultad, Dios permanece fiel. Isaías 41:10 nos consuela: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios; te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia". Recuerda el ejemplo de David, perseguido por Saúl, pero confiado en la protección divina. La historia de José, vendido como esclavo pero finalmente elevado a gobernador de Egipto, también ilustra la soberanía y el cuidado de Dios.