Hermanos y hermanas en Cristo, la parábola del trigo y la cizaña, registrada en Mateo 13:24-30, nos presenta una imagen poderosa de la realidad espiritual. Un labrador siembra buena semilla, el trigo, representativo del Reino de los Cielos y de los hijos de Dios. Pero mientras duerme, un enemigo siembra cizaña, una mala hierba similar al trigo, que representa el mal y a los hijos del maligno. Este acto subrepticio nos recuerda la sutil y constante presencia del mal en el mundo, mezclándose con el bien de una forma casi imperceptible, tal como se describe en Mateo 13:25: "Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue."