Zaqueo, como muchos de nosotros, estaba atrapado en el pecado. Su posición como jefe de publicanos lo colocaba en una situación de deshonestidad e injusticia, explotando a su propio pueblo. Lucas 19:2 nos dice que era "rico". Esta riqueza, sin embargo, provenía de prácticas cuestionables, alejándolo de Dios y de una vida plena. Su corazón, como el de muchos, estaba endurecido por el egoísmo y la avaricia.