En el Antiguo Testamento, la palabra "redimir" (?'?'?' - padah en hebreo) se relaciona con la acción de comprar, rescatar o liberar a alguien o algo de la esclavitud, cautiverio o deuda. Este concepto se ve reflejado en la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto (Éxodo 6:6): "Por tanto, di a los hijos de Israel: Yo soy Jehová, y os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes". La redención aquí no es solo una liberación física, sino también una liberación espiritual, un nuevo comienzo bajo el pacto con Dios.
El concepto de redención también se aplicaba a la compra de tierras o personas. El derecho del primogénito, por ejemplo, podía ser redimido (Éxodo 13:13). Esto ilustra la idea del valor inherente de la persona o la propiedad y la posibilidad de rescatarla del dominio de otro.