¿Cómo honramos este templo sagrado? A través de la oración constante, buscando la guía del Espíritu Santo en cada aspecto de nuestras vidas. A través de una alimentación sana, que nutre nuestro cuerpo y espíritu. A través del ejercicio y el descanso adecuado, cuidando la fortaleza física que Dios nos ha dado. A través de la pureza, protegiendo nuestro templo de la contaminación moral y espiritual. A través del servicio abnegado a los demás, reflejando el amor de Cristo en nuestras acciones. 2 Corintios 6:16 nos advierte contra la profanación: "¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo."