Hermanos y hermanas en Cristo, el libro de Josué nos presenta un llamado a la acción, un mandato divino que resuena a través de los siglos: "Este libro de la ley no se apartará de tu boca; antes bien, meditarás en él día y noche, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien." (Josué 1:8). Este versículo no es una simple sugerencia, sino una promesa condicionada a nuestra diligencia en el estudio de las Escrituras. No se trata de una lectura superficial, sino de una meditación profunda, de una asimilación completa de la Palabra de Dios en nuestro corazón y mente.