El matrimonio, establecido por Dios mismo en Génesis 2:24, es una unión sagrada y hermosa, un reflejo del amor entre Cristo y su Iglesia (Efesios 5:32). Dentro de este vínculo, la intimidad conyugal es un don de Dios, un acto de amor, unión y procreación, diseñado para ser disfrutado dentro del contexto del matrimonio.