El don de revelación, hermanos y hermanas, es un don espiritual otorgado por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:4). No es un conocimiento adquirido por estudio o razonamiento humano, sino una iluminación sobrenatural que desvela verdades espirituales ocultas. Es una comprensión profunda de la voluntad de Dios, su propósito y su plan para nuestras vidas y para la Iglesia, como dice en Efesios 1:17-18: "para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él nos ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,"