El texto nos dice que el Espíritu "dará testimonio de mí". Esto no se refiere simplemente a un testimonio pasivo, sino a una obra activa del Espíritu Santo en nuestros corazones y en el mundo. Él nos convence de la verdad acerca de Jesús, su vida, su muerte, y su resurrección. (Juan 16:8) Nos capacita para dar testimonio de la fe, confirmando la verdad en nuestras vidas a través del fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. (Gálatas 5:22-23). Es Él quien nos guía a toda verdad (Juan 16:13) y nos da poder para vivir vidas transformadas.