Hermanos y hermanas en Cristo, la cuestión de la autoría de la carta a los Gálatas ha sido objeto de debate a lo largo de la historia, pero la evidencia abrumadoramente nos lleva a una conclusión clara. La tradición unánime de la Iglesia primitiva, sostenida desde los primeros siglos, atribuye la autoría a Pablo, el apóstol. (2 Timoteo 3:16-17) nos enseña que toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para la enseñanza, corrección y formación en justicia. Esta tradición, arraigada en la creencia en la inspiración divina, otorga peso a la afirmación de que Pablo escribió Gálatas.
Analizando la carta misma, encontramos una evidencia interna contundente. El autor se presenta con firmeza como Pablo, apóstol, no por mandato humano, ni por hombre alguno, sino por Jesucristo y Dios Padre. (Gálatas 1:1). Su estilo de escritura, sus argumentos teológicos y sus preocupaciones personales concuerdan plenamente con las otras epístolas paulinas auténticas.