Isaías 56:10-12 nos presenta una imagen poderosa: "Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos son perros mudos, que no pueden ladrar; soñando, acostados, amantes del sueño." Este pasaje describe a aquellos que, teniendo la responsabilidad de vigilar y proteger el rebaño de Dios, permanecen silenciosos ante el mal y la injusticia. Su silencio es una traición a su llamado, una negligencia espiritual que trae consecuencias devastadoras.