Los que se Apartaron del Arado: Una Reflexión Espiritual
La Llamada al Trabajo Fiel
Hermanos y hermanas en Cristo, el proverbio de "el que aparta la mano del arado, no recogerá la cosecha" (no hay un versículo bíblico exacto que diga esto, pero refleja el principio de la diligencia en el trabajo) resuena con una verdad profunda sobre nuestra devoción a Dios y a Su obra en nuestras vidas. Como agricultores que labran la tierra con diligencia, debemos cultivar la tierra de nuestros corazones con la misma perseverancia, sembrando la semilla de la Palabra y cosechando los frutos del Espíritu.
Consideremos la parábola del sembrador en Mateo 13:1-23. Algunos sembradores, representados por los que se apartan del arado, permiten que las preocupaciones del mundo, el engaño de las riquezas y el deseo de otras cosas ahoguen la palabra, impidiendo el crecimiento espiritual. No debemos ser como estos, distraídos por las tentaciones pasajeras que nos impiden la verdadera cosecha de la vida eterna.
La Importancia de la Perseverancia
Hebreos 6:11-12 nos exhorta a mantenernos firmes en la esperanza hasta el fin. No debemos desanimarnos en los momentos difíciles, sino perseverar en la fe, tal como lo hizo el agricultor que continúa trabajando su tierra a pesar de las adversidades. La cosecha no llega de la noche a la mañana; requiere paciencia, constancia y una entrega completa a la tarea.
Gálatas 6:9 nos recuerda que no nos cansemos de hacer el bien, pues a su debido tiempo cosecharemos si no nos desanimamos. La perseverancia en la fe y en el servicio a Dios es fundamental para alcanzar la plenitud de la vida en Cristo. Debemos resistir la tentación de abandonar nuestro trabajo espiritual, pues nuestra perseverancia traerá una cosecha abundante.
La Bendición de la Obediencia
Deuteronomio 28 promete bendiciones abundantes a aquellos que obedecen los mandamientos de Dios. Nuestra dedicación a la obra del Señor, a nuestra vocación y a nuestra vida espiritual es una forma de obediencia. Así como el agricultor que cuida de su tierra recibe una cosecha abundante, nosotros también cosecharemos frutos espirituales si permanecemos fieles a nuestra llamada y a nuestro compromiso con el trabajo en el Reino de Dios.
Proverbios 10:4 nos dice que la mano perezosa empobrece, pero la mano diligente enriquece. El trabajo arduo en el Señor, aun con sus desafíos, nos traerá bendiciones espirituales y materiales.
En conclusión, hermanos, no apartemos la mano del arado. Permanezcamos firmes en nuestra fe, perseveremos en nuestro trabajo, y mantengamos nuestros corazones enfocados en el Señor. Entonces, recogeremos una cosecha abundante de bendiciones espirituales, ahora y en la eternidad. Amén.
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Diligencía
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Obediencia
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Llamada
Espíritu Santo