El Misterio del Arrebato: Una Revelación de la Esperanza
La Inminencia del Retorno de Cristo
Hermanos y hermanas en Cristo, la Biblia nos habla repetidamente de la venida de nuestro Señor Jesucristo. No sabemos el día ni la hora, como nos recuerda Mateo 24:36: "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino el Padre." Sin embargo, la promesa de su regreso es inminente y debe impulsarnos a la vigilancia espiritual.
1 Tesalonicenses 4:16-17 nos describe este evento glorioso: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor."
La Naturaleza del Arrebato
El arrebatamiento es un evento repentino y glorioso, un encuentro personal con nuestro Salvador. Es la culminación de nuestra fe, la promesa cumplida de nuestra redención. No es un evento que se pueda calcular o programar, sino una manifestación de la soberanía divina.
La Biblia no describe un proceso largo y gradual, sino un evento instantáneo y universal que reunirá a todos los creyentes que hayan muerto y a los que estén vivos en la tierra. Es un momento de triunfo, de victoria sobre la muerte y el pecado.
Nuestra Preparación para el Encuentro
En vista de esta realidad inminente, ¿cómo debemos prepararnos? Debemos vivir vidas santas, agradables a Dios, dedicadas al servicio y a la proclamación del Evangelio (2 Corintios 5:9). Debemos cultivar una relación íntima con Cristo, fortaleciendo nuestra fe y nuestra confianza en sus promesas.
Debemos ser vigilantes, velando y orando, como nos exhorta Mateo 24:42: "Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor." No debemos ser sorprendidos desprevenidos, sino listos para encontrarnos con nuestro Redentor.
En conclusión, hermanos, el arrebato de la iglesia es un evento glorioso y esperanzador que debe motivarnos a la santidad, la oración y la perseverancia en la fe. Mientras esperamos con anhelo este encuentro con nuestro Señor, recordemos las palabras de Filipenses 3:20: "Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo,". Amén.
Arrebato
Segunda Venida
Rapto
Resurrección
Esperanza
Vigilancia
Santificación
Gloria
Inminencia
Cristo