Hermanos y hermanas en Cristo, Isaías 64:8 declara: "Mas ahora, oh Jehová, tú eres nuestro Padre; nosotros el barro, y tú el que nos formaste; y todos nosotros somos obra de tu mano." Este versículo nos revela una verdad fundamental: nuestra existencia, nuestra identidad, todo lo que somos, proviene de la mano creadora y transformadora de Dios. No somos producto de la casualidad o del destino, sino la obra maestra de un Dios amoroso y poderoso. Reflexionemos en la humildad de reconocer nuestra condición de barro, materia prima en manos del Alfarero divino. Romanos 9:21 añade a esta imagen poderosa: "¿No tiene el alfarero derecho sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?"