Hermanos y hermanas, en Lucas 13:10-17, encontramos una mujer encorvada durante dieciocho años, una imagen poderosa de la opresión del pecado y la enfermedad en nuestras vidas. Su sufrimiento físico refleja el sufrimiento espiritual que muchos experimentan. Jesús, con compasión, la sana, liberándola de su carga. Esto nos recuerda que Jesús tiene poder para sanar nuestras dolencias, tanto físicas como espirituales. Él nos llama a acercarnos a Él, como lo hizo esta mujer, con fe y humildad, reconociendo nuestra necesidad de su sanidad (Mateo 11:28-30).