Como soldados de Cristo, no luchamos con armas carnales, sino con las armas de la justicia que Dios provee. Efesios 6:13-17 nos exhorta a vestirnos de toda la armadura de Dios para que podamos resistir en el día malo, y habiendo hecho todo, estar firmes. Esto incluye el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el calzado del evangelio de paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.