Sp
En

La Promesa del Espíritu Santo: Un Poder para la Misión

La Promesa del Espíritu Santo: Un Poder para la Misión
La Ascensión y la Promesa
Hermanos y hermanas en Cristo, Hechos 1:3-4 nos presenta un pasaje crucial en la narrativa de la Iglesia primitiva. Después de la resurrección de nuestro Señor, Jesús se mostró a sus discípulos durante cuarenta días, "hablando de las cosas referentes al reino de Dios" (Lucas 24:49). Este periodo de instrucción no fue simplemente una recapitulación de eventos pasados, sino una preparación para la misión que estaba por comenzar. Él los preparaba para el derramamiento del Espíritu Santo, la fuerza que los capacitaría para ser testigos hasta los confines de la tierra.
La Instrucción Final de Jesús
Jesús, antes de su ascensión, les dio una instrucción clara y concisa: "No os alejéis de Jerusalén, sino esperad la promesa del Padre, de la cual oísteis de mí;" (Hechos 1:4). Esto nos revela la importancia de la obediencia y la espera en la voluntad de Dios. La promesa no era una idea vaga o una posibilidad distante, sino una realidad inminente que requería perseverancia y fe. Esperar en el Señor implica confianza en su tiempo y en su plan perfecto. No se trataba de una espera pasiva, sino una espera activa, preparándose para recibir el don del Espíritu Santo.
El Poder del Espíritu Santo
Y finalmente, la promesa es el don del Espíritu Santo. Jesús prometió enviar el Consolador, el Espíritu de verdad, que les guiaría a toda verdad (Juan 16:13). Este Espíritu Santo no era simplemente una fuerza adicional, sino el poder mismo de Dios que los habilitaría para ser testigos audaces de la resurrección de Jesús y del Evangelio. El poder para anunciar el mensaje de salvación, para superar las adversidades y para transformar vidas proviene del Espíritu Santo.
Amados hermanos, la lección principal de Hechos 1:3-4 es la promesa del poder del Espíritu Santo para la misión. Debemos aprender a esperar en el Señor, a obedecer sus mandamientos y a confiar en el poder del Espíritu Santo para llevar a cabo su obra en nuestras vidas y en el mundo. Que el Espíritu Santo nos guíe y nos fortalezca en nuestra propia misión de ser testigos de Cristo.
Ascensión
Espíritu Santo
Promesa
Jerusalén
Testigos
Poder
Misión
Obediencia
Fe
Consolador

Copyright © 2025 Bibles