Finalmente, Pablo nos exhorta: "?no en orgías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y enemistades, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Romanos 13:13-14). En lugar de sucumbir a las tentaciones de la carne, debemos vestirnos del Señor Jesucristo. Esto implica permitir que el Espíritu Santo obre en nosotros, produciendo el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Este es el camino hacia la vida abundante que Cristo nos promete.