A menudo, el miedo nos paraliza, nos roba la paz y nos impide confiar en el plan perfecto de Dios. Pero la Biblia nos exhorta repetidamente a no temer. Isaías 41:10 declara: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios; te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia."
Nuestro miedo proviene de la incredulidad, de dudar del poder y el amor de Dios. Proverbios 3:5-6 nos recuerda: "Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas."