Hermanos y hermanas, el camino de la fe es estrecho, y a menudo nos encontramos asediados por tentaciones que nos alejan del amor y la gracia de nuestro Señor. El libro de Proverbios nos advierte: "No andes con los impíos, ni te mezcles con los que hacen el mal" (Proverbios 1:10). Estas tentaciones pueden presentarse en diversas formas: la codicia, representada por la parábola del rico insensato en Lucas 12:16-21, la ambición desmedida, como la de Judas Iscariote, y la búsqueda del placer efímero en lugar de la satisfacción espiritual, tal como se refleja en las advertencias de 1 Juan 2:15-17.