Andamos por fe, no por vista
La fe, hermanos, no es una simple creencia intelectual. Es una confianza profunda y absoluta en Dios, en su palabra y en sus promesas, aun cuando no veamos evidencia tangible.
Es un acto de voluntad, un salto de fe que trasciende la comprensión humana limitada. No se basa en la razón o la evidencia, sino en la revelación divina y la convicción del Espíritu Santo.
Es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven (Hebreos 11:1).
Ejemplos de Fe en la Biblia
Abraham, el padre de la fe, demostró una obediencia inquebrantable al llamado de Dios, aun cuando éste le pedía sacrificar a su único hijo. Su fe fue probada y refinada a través de la adversidad.
Moisés, guiado por la fe, condujo al pueblo de Israel fuera de la esclavitud en Egipto, desafiando el poder del faraón y confiando en el poder liberador de Dios.
Consideremos a los héroes de la fe mencionados en Hebreos 11: todos anduvieron por fe, y no por vista, recibiendo testimonio de su fe.
Andar por fe implica una entrega total a la voluntad de Dios, una disposición a seguir su guía incluso cuando el camino sea oscuro o incierto.
Requiere valentía para enfrentar las pruebas y las tentaciones, confiando en el poder de Dios para superarlos.
Es una vida de constante oración, de búsqueda de la voluntad de Dios y de dependencia en su gracia.
Hermanos y hermanas, en este mundo marcado por la incertidumbre y la duda, la fe se convierte en nuestro ancla, nuestro sostén y nuestra guía. Es a través de la fe que accedemos a la gracia de Dios, a su amor incondicional y a la esperanza de la vida eterna. No dejemos que las circunstancias nos desanimen. Sigamos andando por fe, no por vista, y experimentemos la plenitud de la vida que Dios nos ha prometido.
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Confianza
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Revelación
Testimonio
Prueba
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