Todos somos pecadores, Romanos 3:23 declara: "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". El pecado es la transgresión de la ley de Dios, ya sea por acción u omisión. No requiere necesariamente un rechazo explícito de Dios, sino una falta de conformidad a Su perfecta voluntad. 1 Juan 1:8 nos recuerda: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros." El pecado abarca una amplia gama de acciones, pensamientos y actitudes que se oponen a la naturaleza y el carácter de Dios.