El amor, tal como lo define el apóstol Pablo en 1 Corintios 13, es la piedra angular de la edificación mutua. No es un amor sentimental, sino un amor que se manifiesta en acciones concretas: paciencia, bondad, humildad, perdón, y un servicio desinteresado a los demás. Este amor edifica y fortalece, transformando nuestras vidas y las vidas de aquellos a quienes servimos.