Cuando carecemos de la cobertura espiritual, nos volvemos vulnerables a los ataques del enemigo. Proverbios 4:23 sobre todo, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Un corazón desprotegido es presa fácil de la tentación y el pecado.
La falta de cobertura se manifiesta a menudo en la confusión, la angustia, y la falta de dirección espiritual. Podemos sentirnos solos, desprotegidos, y sin el guía amoroso de Dios. Efesios 6:10-18 describe la armadura de Dios que nos protege contra las asechanzas del maligno; sin ella, estamos expuestos.