En el matrimonio, la comunicación no es un derecho, sino un acto de servicio, un reflejo del amor sacrificial de Cristo por su iglesia. 1 Corintios 13:4-7 nos describe el amor como paciente, benigno, no envidioso, etc. Al comunicarnos con amor, paciencia y humildad, mostramos a nuestra pareja el mismo amor que Cristo nos muestra a nosotros. Es un servicio que fortalece los lazos, que edifica la confianza y que refleja la imagen de Dios en la relación matrimonial.