
La Mesa del Cordero
Tomó el pan y lo partió,
el vino en silencio pasó.
Sus ojos llenos de misión,
nos revelaron redención.
La mesa del Cordero habló,
del sacrificio y su amor.
Prometió vida eterna allí,
cuando entregó todo por mí.
En Getsemaní se inclinó,
la tierra su angustia sintió.
Con sudor de sangre oró,
y el cielo su clamor oyó.
La mesa del Cordero habló,
del sacrificio y su amor.
Prometió vida eterna allí,
cuando entregó todo por mí.
El velo se rompió en dos,
la tumba no resistió.
El Cordero resucitó,
y en gloria se levantó.
Comeré con Él al final,
en su mesa celestial.