Hermanos y hermanas en Cristo, 1 Corintios 9 nos revela una verdad profunda sobre el ministerio y la recompensa que lo acompaña. Pablo, en su sabiduría y experiencia, nos muestra que la libertad en Cristo no es una licencia para la autoindulgencia, sino una plataforma para un servicio sacrificial. Él escribe: "¿No tengo libertad? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?" (1 Corintios 9:1). Esta no es una declaración de orgullo, sino una afirmación de su autoridad apostólica, ganada a través del sacrificio y la dedicación a la obra del Señor. Su libertad le permite servir, no servirse.