Gedeón solicitó una señal, la prueba de la lana, para confirmar la palabra del ángel (Jueces 6:17-24). Esta señal no solo confirma la intervención divina sino que también evidencia la necesidad de Gedeón y del pueblo de Israel de tener una profunda confianza en Dios, recordando las promesas del Señor en Isaías 41:10, "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia".