La elección entre la vida y la muerte se presenta claramente en Deuteronomio 30:19: "Yo pongo hoy delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia". Esta no es una elección pasiva, sino una decisión consciente y activa. Para escoger la vida, debemos obedecer los mandamientos de Dios, porque Su camino es el camino de la vida, de la paz y de la bendición.