Se nos detalla una lista de prácticas abominables a los ojos del Señor: adivinación, hechicería, magia, encantamientos, conjuros, invocar espíritus, consultar a adivinos, o espiritistas. (Deuteronomio 18:10-12). Estas acciones representan una desobediencia directa a la soberanía de Dios y una búsqueda de guía en fuentes que no son Él. Es una negación de nuestra fe y confianza en su perfecta voluntad para nuestras vidas.