Mis lágrimas han sido mi pan de día y de noche, mientras me dicen continuamente: ¿Dónde está tu Dios? Salmo 42:3. La aflicción y la duda pueden invadirnos, haciéndonos cuestionar la presencia y el cuidado de Dios. Sin embargo, la esperanza permanece, como un tenue rayo de luz en medio de la oscuridad. Recuerda las palabras de Dios: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." Isaías 41:10