Jesús declara en Juan 8:31-32: "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." Esta promesa de libertad no es una liberación meramente física o terrenal, sino una liberación del pecado, la esclavitud espiritual y la muerte eterna. Es una liberación que solo se encuentra en la verdad de Cristo y en la obediencia a Su palabra.