Mateo 21:1-2 relata la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cumpliendo la profecía de Zacarías 9:9: "¡Alégrense mucho, habitantes de Jerusalén! ¡Regocíjense, habitantes de Sión! ¡Miren, su rey viene a ustedes, justo y victorioso, humilde y montado en un asna, en un pollino, cría de asna!" Jesús, el Mesías esperado, llega no con pompa y circunstancia terrenal, sino con humildad, demostrando la naturaleza de su reino. Su entrada es una declaración profética de su autoridad y reinado.