El Salmo 115 comienza con una pregunta crucial: "No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad." (Salmos 115:1). Este versículo establece el tema central del salmo: la soberanía de Dios y la inutilidad de los ídolos. Debemos reconocer que toda la gloria, honra y alabanza pertenecen únicamente a Dios. No a nuestras obras, logros o esfuerzos, sino a su gracia inmerecida.